La presencia de mujeres en las profesiones científicas y tecnológicas siempre ha sido una de las deficiencias de nuestra sociedad, y lo sigue siendo a pesar de los importantes pasos que se han dado para la integración y la igualdad en un mundo que sigue siendo eminentemente masculino.

En este sentido, hay que valorar los esfuerzos de algunas administraciones, empresas e instituciones, como el Colegio Oficial de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales de Badajoz (COPITIBA) y la Universidad de Extremadura, por invertir esa tendencia y resolver la brecha de género que existe en la ingeniería.

Siempre que he tenido la oportunidad he reivindicado la necesidad de que aumente la presencia de las mujeres en las profesiones científicas y tecnológicas y, con ello, en las asociaciones profesionales y puestos directivos de empresas e instituciones. Pero también sé que nosotros, desde los colegios profesionales y la Universidad, tenemos una gran responsabilidad para lograrlo.

No solo debemos dar a conocer los referentes femeninos que tenemos en la ingeniería, que los hay, para que las jóvenes entiendan que nuestra profesión también es ‘cosa de chicas’ e impulsar su vocación. Tenemos que ir más allá e insistir en la importancia de un ámbito y de una profesión que es decisivo para mejorar la vida de las personas y para el bienestar y progreso económico. 

Para diseñar el mundo son necesarias las perspectivas masculina y femenina porque todos tenemos mucho que aportar, sobre todo ahora cuando parece que se abren oportunidades y tenemos en nuestras manos la posibilidad de cambiar el mundo.